resiliencia

Psicóloga Bilbao
20 Jun, 2019

Una definición de resiliencia

La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.

Introducción

La vida es un continuo cambio, un camino lleno de nuevas situaciones, de risas y de sorpresas maravillosas. Pero en ocasiones este camino se oscurece, y se convierte en un dificultoso sendero donde nos topamos con obstáculos, desencuentros, separaciones y otras pérdidas.
Para poder levantarnos después de estas caídas, sacudirnos las penas y tristezas y ¡seguir adelante! es necesario desarrollar una competencia clave: la resiliencia.

El término resiliencia aplicado al ser humano hace referencia a la capacidad de las personas para adaptarse y gestionar de manera adecuada las adversidades, con el objetivo final de superar estas etapas de crisis y poder continuar con nuestra vida.

La resiliencia es a menudo la diferencia entre saber manejar la presión y perder la calma. Las personas resilientes suelen mantener una actitud más positiva y afrontar el estrés con mayor eficacia.
La investigación ha demostrado que algunas personas parecen adquirir esta capacidad de recuperación de forma natural, sin embargo estos comportamientos también pueden ser aprendidos.

Las siguientes son sólo algunas de las técnicas que se pueden utilizar para adquirir la capacidad propia para ser más resilientes.

1. Encontrar un sentido de propósito en nuestra vida.

Las madres de la plaza de mayo son un ejemplo de cómo personas afectados por eventos como la pérdida o desaparición de un ser querido encuentran un sentido u propósito en sus vidas, al fundar una asociación que intento durante décadas para recuperar con vida a los detenidos desaparecidos y luego tratar de establecer la verdad sobre los responsables de dichos crimines.
En la crisis o la tragedia, la búsqueda de un sentido de propósito puede desempeñar un papel importante en la recuperación. Esto puede implicar involucrarse en la comunidad, cultivar la espiritualidad o participar en actividades que sean significativas para dar sentido a la perdida.

2. Construir una creencia positiva en nuestras habilidades.

La investigación ha demostrado que la autoestima desempeña un papel importante para hacerle frente al estrés y en la recuperación de eventos difíciles.
Recordar o apoyarnos en nuestras fortalezas y logros, para adquirir cada vez más confianza en nuestras propias capacidades para responder y enfrentar las crisis mejor.

3. Crear una Red Social Fuerte.

Tener el cuidado de personas que brinden apoyo alrededor actúa como un factor protector en tiempos de crisis. Es importante que esos individuos sean de confiar. Mientras que simplemente hablar con un amigo o un familiar no ayudara a que los problemas desaparezcan, si nos permitirá compartir nuestros sentimientos, obtener apoyo, recibir feedback positivo y llegar a vislumbrar posibles soluciones a nuestros problemas.

4. Aceptar el cambio.

La flexibilidad es una parte esencial de la resiliencia. Al aprender cómo ser más adaptables, estaremos mejor preparados para responder ante una posible crisis vital.
Las personas resilientes a menudo utilizan estos eventos vitales como una oportunidad para diversificarse hacia nuevas direcciones. Si bien algunos pueden sentirse aplastados por los cambios bruscos, los individuos altamente resilientes son capaces de adaptarse y prosperar.

5. Ser optimista.

Permanecer optimistas en tiempos oscuros puede llegar a ser difícil, pero mantener una perspectiva esperanzadora es una parte importante de la capacidad de recuperación.
El pensamiento positivo no significa ignorar el problema con el fin de centrarse en los resultados positivos. Significa comprender que los reverses de la vida son transitorios y que tenemos las habilidades y capacidades para combatir los desafíos que se presentan.
Lo que podemos estar enfrentando puede ser difícil, pero es importante mantener la esperanza y actitud positiva acerca de un futuro más brillante.

6. Nutrirse a sí mismo.

Cuando estamos estresados es fácil descuidar las necesidades propias, perder el apetito, olvidar el ejercicio físico, no dormir lo suficiente son algunas de las reacciones más comunes a una situación de crisis.
Hay que enfocarse en la construcción de nuestras habilidades de auto-cuidado, incluso cuando estamos preocupados.
No debemos olvidarnos de tomarnos un tiempo para las actividades que nos gustan, cuidar de nuestras propias necesidades, con ello podemos aumentar nuestra salud en general y la capacidad de recuperación y estar plenamente preparados para afrontar los retos de la vida.

7. Desarrollar sus habilidades de resolución de problemas.

La investigación sugiere que aquellas personas que son más capaces de encontrar soluciones a un problema son también más aptos para enfrentar las dificultades que los que no son capaces.
Cada vez que se afronte un nuevo reto, realice una lista rápida con algunas posibles formas de solucionarlo, experimente con diferentes estrategias y enfóquese en el desarrollo de una manera lógica para resolver problemas comunes.
Al practicar nuestras habilidades de resolución de problemas de forma regular, estaremos preparándonos para enfrentar posibles situaciones desafiantes futuras.

8. Establecer metas.

Las situaciones de crisis son intimidantes, incluso pueden parecer insuperables, las personas resilientes son capaces de ver estas situaciones de una forma realista, a continuación establecer metas razonables para enfrentar el problema.
Cuando nos encontramos agobiados por una situación, dar un paso a un costado, simplemente evaluar lo que sucede, quizás una lluvia de ideas y evaluar posibles soluciones que nos saque de esa dificultad.

9. Seguir los pasos para resolver los problemas.

Esperar que una dificultad desaparezca por sí sola prolonga la crisis, en lugar de ello hay que empezar a trabajar en su solución inmediatamente. Aunque puede que no exista ninguna solución rápida o sencilla, puede empezar a seguir los pasos para mejorar la situación o que esta sea menos estresante.
Centrarse en el progreso obtenido y planificar los próximos pasos a seguir, en lugar de desanimarse por la cantidad de trabajo que aún queda por realizar.

10. Seguir trabajando en sus habilidades.

La resiliencia es una habilidad que puede tomar tiempo en construir, así que no se desanime si todavía usted lucha para enfrentar algún situación conflictiva, según el doctor Russ Newman investigador sobre el tema “la investigación ha demostrado que la resiliencia no es una cosa extraordinaria, es algo normal y puede ser aprendida por la mayoría de personas.”
La resiliencia psicológica no implica ningún conjunto específico de comportamientos o acciones, esta puede variar enormemente de una persona a otra.
Si quiere ser más resiliente puede enfocarse en la práctica de algunas características comunes a las personas que poseen esta capacidad, pero recuerde también construir de acuerdo a sus fortalezas existentes.

 

Aunque lo podríamos resumir en:

  • Sé flexible.
  • Conoce tus puntos fuertes y mantén una sana autoestima.
  • Piensa en positivo.
  • Mantén una buena red de apoyo.

 

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